Sin casco no hay caballo.
Este popular dicho resume una gran verdad.
El casco del caballo es el punto en el que este magnífico animal apoya todo su peso, y debe estar en perfecto estado para que pueda dar lo mejor de sí.
El casco del caballo no es otra cosa que un estuche córneo (un tejido grueso y endurecido formado por queratina) que recubre la tercera falange (o tejuelo) del único dedo (el tercero) que conservan los caballos.
Los demás dedos se han atrofiado o han desaparecido.
Así que podríamos pensar que en caballo, en cierto modo, anda de puntillas.
Y para ello, el casco es su zapato.
Tu trabajo entonces es vigilar esos zapatos y darles la mejor atención posible.
Hay que revisarlos con regularidad, idealmente a diario.
Y debes proporcionarle a tu caballo un servicio de recorte y/o herrado profesional cada 6-8 semanas.
¿Qué influye en la calidad de los cascos de un caballo?
También debes saber que hay razas con cascos más duros y resistentes, y otras más sensibles en este aspecto.
Los ponis, por ejemplo, suelen tener cascos fuertes.
También hay individuos con mejor o peor constitución de cascos.
Por lo tanto, si tienes un caballo con cascos delicados por raza o porque le ha tocado ser así, deberás ser mucho más cuidadoso y atento.
No hay que olvidar además que la alimentación tiene una influencia radical en la calidad de las pezuñas.
Por un lado el que haya o no determinados elementos presentes en la dieta que garanticen la integridad y calidad de las pezuñas será un factor crucial.
Y por otro lado, una dieta inadecuada y rica en hidratos de carbono puede desencadenar la temida laminitis o infosura.
¿Por qué es importante cuidar los cascos?
El casco de un caballo crece entre 0,5 y 2 centímetros al mes.
Esto implica que si el animal realiza trabajo regular en suelos duros, el desgaste del casco será superior a su grado de renovación.
Y esa es una de las principales razones por las que se les pone herraduras.
El herrado debe revisarlo y realizarlo un profesional.
Pero tú puedes llevar a cabo algunas acciones que sirven para cuidar los cascos, y para detectar rápidamente cualquier problema justo cuando empieza.
Siempre es más sencillo resolver un problema de cascos si se ha visto pronto.
Además, un caballo puede presentar problemas de comportamiento si tiene dolor en los cascos.
Evitar al jinete, mostrarse agresivo con personas o con otros caballos, negarse a avanzar o no querer pisar por determinadas superficies…. son señales de que algo no va bien, y no necesariamente tiene que notarse una cojera.
Y es que el caballo, como presa que es, tiende a disimular al máximo cualquier enfermedad o problema que delate debilidad.
Si cojea, es que la alteración es realmente seria.
¿Cómo se limpian los cascos?
Para iniciar la limpieza de cascos, amarra a tu caballo en un sitio tranquilo y con espacio para ti.
Así evitarás que en un movimiento brusco de la pata te lleves un pisotón o te caigas contra una pared o una barrera.
Colócate junto a la pata que vayas a revisar, y ve acariciándola suavemente, bajando tu mano hacia el casco.
Una vez llegues a la cerneja, tira ligeramente de la misma hacia arriba.
Normalmente así el caballo levanta la pata.
Procede entonces a sujetar fuertemente la muralla del casco con una mano, mientras con la otra manejas la herramienta que vayas a utilizar en ese momento para limpiar.
Una herramienta imprescindible para manejar los cascos a diario es el limpiacascos.
Con él podrás eliminar fácilmente el barro, restos de estiércol, piedrecitas o cualquier cuerpo extraño que pueda quedar retenido en la planta.
Presta especial atención a la zona de la ranilla.
Esa zona queda libre de la herradura, es algo blanda, facilita el agarre del caballo al suelo, y está más expuesta a golpes, heridas o incluso a enfermedades como la putrefacción de la ranilla.
Si detectas olor a podrido al limpiar la ranilla, es muy posible que exista una infección.
Avisa al veterinario para que revise a tu caballo.
Si al tacto notas calor, también puede haber un problema, coméntaselo al veterinario.
Si tu caballo se revuelve cuando limpias o manipulas uno de sus cascos, o bien carga todo su peso sobre él para que no puedas levantarlo y limpiarlo, puede ser un indicador de dolor en ese casco.
Revisa también en ese momento el aspecto de la pared, en busca de fisuras, estrías, golpes o cualquier lesión que haya que vigilar.
A continuación puedes usar un cepillo de cerdas duras para frotar la palma y dejarla totalmente limpia.
Y después, un aclarado con agua si es necesario, para poder ver bien el estado de las distintas partes de la suela.
Por último, comprueba que la herradura está bien fijada sin holguras ni clavos perdidos.
Si algo falla en la herradura, tendrás que avisar al herrero para que lo solucione.
Aquí te dejamos un vídeo donde puedes ver claramente todo el proceso:
¿Con qué producto trato la pared de los cascos?
Los cascos del caballo reciben los elementos que necesitan para crecer y mantenerse en buen estado a partir de finos vasos sanguíneos del interior de los mismos.
Desde ahí sale también el agua que entra en el tejido córneo, lo atraviesa, y se evapora por la superficie externa del casco.
Cuanto más seco es el entorno, mas agua perderán los cascos por evaporación.
El casco no puede absorber agua desde el exterior hacia adentro, solo saca agua desde el interior del casco y la retiene o la pierde.
Si el estuche córneo pierde por evaporación más agua de la que es capaz de absorber desde la sangre, se reseca en exceso, y eso se traduce en grietas y lesiones.
Y para prevenir este problema se aplican selladores en la muralla del casco, que actúan como barrera impidiendo que la pezuña pierda humedad, o al menos que no la pierda tan deprisa.
Si te pones una prenda de plástico encima y al poco tiempo estás mojado, no es que sudes más, es que el plástico impide que tu transpiración se evapore, y por lo tanto se acumula hasta llegar a mojarte.
Es el mismo principio.
De los productos disponibles para mantener la hidratación del casco en el mercado, que son muchos, podemos distinguir tres grupos, según su grado de sellado:
Aceite para cascos
Para uso diario.
Sella poco, pero tiene la capacidad de controlar las bacterias y hongos que pueda haber.
También da un atractivo brillo.
Grasa para cascos
Dan un grado mayor de sellado, mejoran la elasticidad del casco y evitan la aparición de grietas.
El uso puede ser cada pocos días.
Alquitrán o brea
Proporciona el máximo nivel de sellado.
Generan una barrera impermeable que impide la pérdida de agua desde el casco.
También tiene cualidades antibacterianas.
Para uso ocasional.
Otros productos para el cuidado de los cascos
A veces puede que ya sea tarde, y los cascos de tu caballo están extremadamente secos, lo que impide que reciban hidratación desde el interior.
Entonces aplicar aceites o selladores no ayuda nada, los cascos no puede rehidratarse desde fuera.
Es como intentar regar un suelo tan seco y duro que ya no absorbe nada.
Hay que ararlo primero, rompiendo la capa superficial.
Y para lograr recuperar los cascos de tu caballo existen productos que rompen las cadenas de queratina, permitiendo que los cascos vuelvan a recibir agua desde el interior.
Se pueden aplicar a diario.
Si tu caballo está habitualmente en entornos muy húmedos puedes encontrarte con el problema contrario, el casco está siempre mojado desde fuera, y además recibe humedad desde dentro.
En consecuencia la queratina que lo compone se reblandece y el casco está blando, lo que lo hace muy susceptible a lesiones e infecciones.
En ese caso, en lugar de impermeabilizantes lo que se aplica es un producto que cree una barreras externa que proteja al casco del exceso de agua.
Y muy importante: la orina reblandece notablemente la queratina del casco y los tejidos de la planta del pie.
Así se facilita entonces la aparición de infecciones y dolor.
Por lo tanto, en caballos que viven en cuadra, la limpieza escrupulosa de la cama es fundamental también para el buen cuidado de los cascos.
Desde Territorio Caballo deseamos que este artículo te haya enseñado cómo cuidar los cascos de tu caballo y la importancia de este acto cotidiano en la salud del animal.
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